Tu relación con la IA tiene cuatro fases
Aquí mi teoría de cómo evolucionan las conversaciones con nuestros asistentes
Psssst, psssst… te cuento que tengo una teoría sobre cómo van evolucionando nuestras conversaciones con los asistentes de inteligencia artificial.
Cuando empezamos a usar IA, nuestra forma de hablar con ChatGPT, Claude, Gemini, o nuestro asistente preferido es muuuuuy básica. Pero mientras más los usamos (y aprendemos cómo funcionan), estas conversaciones se vuelven poco a poco más sofisticadas.
Llevo un par de años usando, estudiando y experimentando con esta tecnología todos los días, además de ayudar a profesionales y equipos a integrarla en su trabajo. Y en todo este tiempo, con todas estas personas, he visto el mismo patrón repetirse una y otra vez. Nuestras conversaciones con la IA pasan por cuatro fases.
Esta es mi primera teoría, así que quería darle un nombre súper académico (tal vez algún día este post termine siendo un paper 😅). Escogí llamarlo Human–AI Interaction Maturity Model (para que veas lo académico que puedo ser), o si prefieres en castellano, Modelo de madurez de interacción humano–IA. Aquí te la presento.
Vamos por fases partes.
Human–AI Interaction Maturity Model
Estas cuatro fases muestran cómo cambia nuestra forma de conversar con la IA a medida que la usamos más. Poco a poco vamos entendiéndola mejor y podemos llevar conversaciones más complejas que nos permiten hacer más cosas con nuestros asistentes.
Fase 1: La pregunta directa
Aquí empezamos todos. Abres ChatGPT, le haces una pregunta, lees la respuesta, cierras la ventana. Punto.
Al comienzo son preguntas simples, del tipo “¿cuál es la capital de Perú?“o “¿qué es un tamal?”. Luego podrían ser un poco más elaboradas, “explícame cómo preparar chicharrón paso a paso”, o “escribe un mensaje saludando a Germán por su cumpleaños (que es la próxima semana) usando metáforas de comida peruana”.
En esta fase no importa si tu prompt tiene dos palabras o cinco párrafos, simplemente estás dando UNA instrucción o haciendo una pregunta y esperando UNA respuesta, nada más. Es súper transaccional: input → output, y conversación terminada.
Y esto no es solo algo que nos pasa con la IA, es completamente normal. Hay momentos en que simplemente hacemos una pregunta esperando una respuesta y nos funciona perfectamente, pero digamos que es la forma más simple que tenemos de conversar.
Si me lo permites, me pongo romántico y te doy un ejemplo:
¿Quieres casarte conmigo?*
Esta pregunta, casi universalmente, recibe 3 respuestas: Sí, No y WTF.
No hay más, y luego la conversación (o la relación) se termina.
*Disclaimer: es sólo un ejemplo, no te lo estoy pidiendo realmente… ¿aceptarías?
El problema viene cuando la respuesta no es precisamente lo que esperabas. Tal vez no usó el tono que querías, le faltó uno que otro detalle o fue demasiado genérica.
En ese momento es cuando te frustras y cierres tu navegador murmurando algo como “meh! esto de la inteligencia artificial es puro hype”.
Lo que NO haces es seguir hablando.
Porque en la fase 1 tratas a la IA como si fuera un buscador (debe ser una tara de tantos años usando Google), pero resulta que no es un buscador, es una conversación… y las conversaciones no terminan luego de una sola pregunta.
Fase 2: El ida y vuelta
Parece una tontería, pero aquí es cuando nos damos cuenta que la conversación no tiene por qué terminar luego de la primera pregunta (duh!).
Es algo que entiendes poco a poco, casi de casualidad manera natural.
Estás ahí, viendo una respuesta que no te convence, y en vez de hacer un copy/paste del texto o de cerrar con furia tu computadora (mientras te quejas del ChatGPT y todo su hype), decides pedirle a tu IA que ajuste el texto, y…
Boom! descubriste algo llamado iteración y ahora no puedes parar de pedirle a ChatGPT que vuelva a hacer lo mismo, pero diferente… una, otra y otra vez.
Luego te afanas y empiezas a descubrir y probar algunas técnicas de prompting, también comienzas a entender conceptos básicos sobre cómo funciona esta tecnología, y hasta aprovechas funciones especificas de tu asistente de IA, como las instrucciones personalizadas.
Aquí es que realmente empiezas a tener control sobre la conversación, entiendes que se trata de un ida y vuelta, de darle más información o ser más especifico con tu pedido. En fin, ir refinando las respuestas paso a paso.
Siguiendo con los ejemplos románticos (debe ser que es primavera aquí en el hemisferio sur), esto es iteración:
– ¿Qué cenamos hoy?
– Lo que tú quieras, mi amor.
– No mi amor, lo que tú quieras.
– En serio, lo que tú quieras, mi vida.
– Bueno, cau cau.
– Uy, no ¿otra vez cau cau*?
– Entonces qué te provoca.
– Lo que tú quieras, mi amor…
¿Ves lo que pasó ahí? No fue una pregunta y una respuesta, fue una conversación donde llegamos a lo que (alguien) realmente quería 🙈.
En esta fase, ya estás teniendo conversaciones, pero aún son conversaciones enfocadas en una tarea específica. Vas y vienes hasta que tienes una “respuesta final”.
*Nota: El cau cau es mi plato favorito, es un guiso peruano que se hace con mondongo. Espero prepararlo para mi cumpleaños… ¿te conté que es la próxima semana?
Fase 3: Conversemos
En algún momento de nuestro viaje con la IA, nos damos cuenta que tener siempre conversaciones monotemáticas es… cómo decirlo… terriblemente aburrido.
Llega un punto en que nos cansamos de andar siempre refinando y refinando una respuesta y queremos conversaciones más creativas, que nos ayuden a explorar ideas, que nos hagan pensar.
En este momento tienes muchas herramientas, conoces técnicas avanzadas de prompting y empiezas a usar a tu asistente como sparring de pensamiento.
Yo estoy en esta fase el 80% de mi tiempo con la IA, desde mis caminatas con el modo de voz hasta mis experimentos y es sin dudas lo que más me divierte. Es una conversación que se siente muy libre, y sobre todo nunca sabes a donde te puede llevar (para bien o para mal).
Si les parece seguir con las metáforas de pareja, hay conversaciones que no sabes a donde te van a llevar, probablemente la más familiar empiece con:
Tenemos que hablar…
Si has escuchado alguna vez esa frase seguramente esperes malas noticias, probablemente sea una conversación intensa, acompañadas lágrimas y frases cliché como “te mereces algo mejor”, “Necesito tiempo para mí” o, mi favorita absoluta, “no eres tú, soy yo”.
Más allá del ejemplo (y los recuerdos de las varias veces que alguien ha terminado conmigo), lo que quiero plantear aquí es que la conversación se da de forma libre, no estás buscando una respuesta inmediata, solo estás fluyendo con la conversación. Hasta puedes usarla para simular escenarios, como terminar con tu pareja practicar excusas para salirte de ese grupo de WhatsApp o cómo pedir que bajen la música en un bar sin sonar como un viejo aburrido.
Lo mejor es que, si sabes cómo hacerlo, puedes darle a este sparring, la personalidad, rol y contexto que quieras para tu conversación. Ademas está disponible todos los días a toda hora.
En esta fase las conversaciones empiezan a sentirse “reales”, si llegaste hasta aquí te aseguro que estás enganchado y probablemente estés suscrito al plan pro de tu asistente favorito.
Fase 4: Diseña la conversación
Esta es la fase final. Llegar aquí no es taaaaaan difícil, no es que necesites saber alguna técnica secreta de kung-fu. Lo que tienes que hacer es cambiar un poquito la forma en que piensas sobre una conversación.
Los humanos, hemos venido conversando toda nuestra vida. Desde las cosas más sencillas hasta nuestras decisiones más importantes, cada uno de nosotros ha tenido millones de conversaciones. Podríamos decir que somos expertos en la materia.
Hoy tenemos la posibilidad de “hablar” con máquinas en nuestro propio idioma. Es decir que, de alguna manera, estos robots han aprendido a conversar con nosotros. ¿No te parece buena idea diseñar cómo se van a llevar esas conversaciones ANTES de empezarlas?
Antes que me digas algo como: “Germán, pero casi nadie necesita diseñar sus conversaciones con la IA”, te cuento que cada semana tengo al menos dos conversaciones que he diseñado de principio a fin.
¿Qué significa “diseñar” un conversación?
Significa que le estás dando a la IA el flujo y las reglas que debe seguir durante sus interacciones contigo. Podríamos decir que la estás programando.
Pero no te asustes, no necesitas ser un programador para hacer un diseño conversacional, recuerda que tu asistente habla español. Lo único que tienes que hacer es decirle de una forma estructurada cómo quieres que se comporte.
Vamos con un ejemplo… hmmm, me pregunto qué tema podría usar…
Digamos que nuestro objetivo es crear un mensaje romántico “espontáneo”:
Objetivo:
generar un mensaje romántico breve, emocionalmente genuino y que no parezca editado por una IA.
Para eso sigue este procedimiento:
Paso 1: Pregúntame que es lo que quiero expresar (ej. cariño, complicidad, nostalgia).
Paso 2: Crea 3 versiones del mensaje romántico de 2 lineas máximo y pídeme feedback.
Paso 3: Si te digo que uno de los mensajes es el que voy a usar devuélvelo y termina el procedimiento. De lo contrario, recibe el feedback y regresa al paso 2.
Parece un juego. Le estoy diciendo a mi asistente qué reglas seguir durante nuestra conversación. Sé que es un ejemplo sencillo, pero creo que sirve para ver que diseñar conversaciones consistentes no es nada del otro mundo.
Hay muchas formas de “programar” a tu IA usando español, si estás en esta etapa o te interesa explorarla, te recomiendo este post sobre recipe prompting, estoy seguro que te va a servir.
Y si te da curiosidad el resultado de este experimento, aquí te dejo el mensaje:
Podría fingir que fue casualidad, pero ya nos conocemos demasiado.
Fuera de bromas, una gran ventaja de diseñar la estructura de una conversación es que puedes usarla una y otra vez. Ya tienes un proceso que funciona, úsalo.
Esto es algo que hago cada vez que escribo un post, tengo un proceso que me ayuda a definir, revisar y afinar mis posts. Digamos que es parte de mi secret sauce. Una herramienta propia que me ayuda a escribir.
La verdad sobre el nombre
Antes de irme, quiero confesarte algo.
Me he pasado todo el post hablando del “Modelo de madurez de interacción humano–IA” pero realmente quería ponerle otro nombre…
Este modelo debería llamarse la “Teoría de la palma de cuatro fases de conversación explosiva”.
Sé que es ridículo, pero luego de una maratón de Tarantino este fin de semana no podía dejar de hacer una referencia a la técnica de Pai Mei en Kill Bill Vol. 2. Si captaste la referencia, ya somos amigos. Si no, búscala en Youtube o, mejor aún, mira ambas películas de Kill Bill (me agradeces luego).
Y nada, esa fue mi teoría (llámala como prefieras), espero que te haya gustado.
Abrazo,
G
P.D. ¿Mencioné que la próxima semana es mi cumpleaños? 🤣








